✲Seguidores✲

lunes, 25 de octubre de 2010

Cosas que nos se olvidan...

Pasaron 20 años desde que mi fui de la tierra que me vio nacer, jugar por sus calles, esconderme entre los entresijos de la sierra que divisaba mi pueblo, mi querido pueblo.
Volvía para quedarme eternamente allí, mi vida en la ciudad me había desgastado demasiado.
Me fui muy joven, con sueños de poder encontrar el amor que un día conocí en aquel maravilloso parque de mi pueblo. El se fue para la ciudad, de donde era, solo venia al pueblo en verano y algunos fin de de semana.
Decidí irme a la ciudad también por sacarme la carrera de artes, me encanta dibujar, de pequeña me pasa todo el rato dibujando, y con esfuerzo y trabajo y con algo que tenía ahorrado puede sacarme la carrera.

Pero había algo que me inquietaba que no me dejara tranquila, necesita respirar aire, pero no cualquier aire, aire de sus suspiros, necesitaba verle otra vez mas, encontrarme con él.

Un día cualquiera, de esos que tenemos tontos, me dio por mirar por la ventana de un restaurante cuando le vi a él con su chica, los dos tomándose un café.

Sentía alegría porque le volvía a ver, algo ya cambiado pero tan guapo como siempre, pero también sentí como un puñal en corazón al verle con ella.

Como era normal los dos teníamos que rehacer nuestras vidas, y yo un día pude encontrar el amor de una persona que me quiso con locura, pero yo no le pude complacer del mismo modo porque no era tan profundo lo que sentía hacia él, además el corazón no podía olvidar el amor del primer amor.

Llegue por fin, todo en pueblo había cambiado bastante, ¿Dónde quedaba el canto de los pájaros? Desapareció, dio lugar al ruido los coches, ¿y esa paz y tranquilidad que se respiraba? Solo algunas calles lo conservaban. Camine por toda la calle donde se encontraba la iglesia, deshaciendo los pasos que un día hice junto él. Miles de recuerdos pasaron por mi mente, recuerdos que ya no recordaba pero que permanecían ahí conmigo, solo volver a bajar por aquella calle hacia que regresaran otra vez dentro de mí.

Llegue a ese lugar especial donde nos conocimos, aquel parque estaba algo mas cambiado, pero el banco, nuestro banco permanecía ahí quieto, lleno de hojas secas. Me senté en el, cerré los ojos, mi alma quería escapar, sentí ganas de echar algunos lagrimones de la emoción que sentía. Recuerdo aquella noche de verano, en la que el vino con su amigo y me dijo que si le daba unas pocas pipas, menuda escusa, pero luego me dijo estas palabras que llegaron tan hondo de mi corazón, << son increíbles tus ojos, tienes unos ojazos a los que no puedo resistirme, y una sonrisa que llena de felicidad. Niña creo que me estas hechizando>>. Nadie me había dicho algo así, yo sonreí y le di un beso en la mejilla.

Después me fui con mis amigas y cuando iba de regreso a mi casa sola y pase por aquel sitio otra vez, esta él, sentado en banco esperándome. Pase toda avergonzada delante suyo, al ver que yo seguía mi rumbo y no me paraba el me llamo y me dijo: <>. Me pare y fui hacia el y sin decir nada sentí una atracción como la de una imán que me llevo a rozar sus carnosos labios.

Aquí en este lugar todo empezó, cuantas tardes y días, quedamos en este lugar, para poder vernos, estar juntos, besarnos, abrazarnos, hablar, y sonreírle a la vida.

Me levante con ganas de seguir mi rumbo, hacia mi casa, donde por sorpresa mis padres me iban ha ver inesperadamente después de mucho tiempo.

A medida que iba avanzando mi tímida sonrisa otra vez era visión de aquel parque, no puede contenerme al ver a los niños jugando tan felices el columpio, recuerdo cuando él y yo decíamos felices que algún día tendríamos niños y que los traeríamos aquí a jugar al mismo lugar donde sus padres se habían enamorado.

Ya casi estaba llegando a mi casa, que se encontraba a las afueras del pueblo, rodeados de un paisaje de arboles, que para mi era mi bosque encantado.

Aquí también pase muchas horas rodeado de él, tumbada en la hierba junto a él, amándonos en cada momento, entregándonos todo. Miles de locuras de pasión que vieron esta tierra que sintieron en sus entrañas. Me acerque junto al manzano que había a lado de mi casa, pues en su troncón estaban escritas nuestra iníciales y aún permanecían ahí, habían sido cuidas por las hormigas que ahora reinabas ese tronco.

Todo eras distinto pero era igual, todo me volvía a llenar de felicidad, paz, todo hacia que volviese a ser como una niña.

Entre a mi casa llena de ilusión, grite: ¿ a que no sabéis quien ha vuelto? Y echaron los dos a llorar de emoción, y vinieron abrazarte tan fuertemente.

Pronto llego la hora de la cena, lo echaba tanto de menos, volver a cenar en familia. Después de la cena llego el momento de contar todas las anécdotas vividas. Pero pronto el cansancio apareció dentro de mi cuerpo y fui a dormirme. Mañana me esperaba un día ajetreado pues me esperaba una comida de bienvenida, con sorpresa incluida. De camino a mi habitación me preguntaba que podía ser esa sorpresa.

Otra vez poder dormir en mi cama, oler el olor a las sabanas que olían a el, y abraza la almohada como si hubiera sido él, me tumbe en la cama pensé en él, le deseaba tanto, seguía enamorada de él, quería volver a verle, tenerle a dos centímetros de mi y gritarle te amo. Y de tanto llorar me termine durmiendo.
Soñé que volvía a ser niña, que esta vez no me separaba de él, que un día me casaba con el y que teníamos niños.

Una suave melodía me despertó por la mañana, era una canción que se metió de llenos en mi mente, empecé inconscientemente a cantarla y desperté de repente pues aquella era nuestra canción.

Y lo primero que vi al despertar fueron sus ojos, era él, estaba frente de mi, ¿seguía soñando o era realidad? Pero no, sus manos volvieron a tocar mi cuerpo y se despertó esa pasión que un día guarde el rincón de mi alma que reserve para la soledad.
Regreso el también de esa ciudad, regreso porque creía que yo estaba aquí, regreso para buscarme y al fin me encontró y yo le encontré a él.

Y pase un día increíble con él, me llevo aquel paraje en la sierra donde veíamos todo el pueblo y donde nos encantaba dibujar ese lugar por su maravillosas vista, aquel lugar que había dibujado tantos días en mi clase con mis alumnos, y que me recordaba tanto a él.

La vida nos volvía a juntar otra vez, esta vez para siempre. Hay amores que no se olvidan con el paso de los días, son tan fuertes que algún día el destino puede volverte a juntar otra vez y poneros en mismo camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

About on!

Gracias por visitarme y por seguirme!!
Solo deciros que si copiais algo que escrito en algunas de mi entradas del blog pongais la fuente de donde lo habeis copiado: http://almadeangel-wada.blogspot.com GRACIAS!


Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.